El Desarrollo pasa por la necesaria construcción teórica: la influencia de la CEPAL

CEPAL

Todo acontecer histórico-social que se presente en una sociedad determinada, amerita de un cuerpo teórico-conceptual que permita elaborar análisis y reflexiones que logren potenciar la explicación acerca de su formación, desarrollo y posibles consecuencias. Es por ello que, para el caso de América Latina, la CEPAL surgió como un organismo encargado de la continua producción de elementos teóricos orientados a explicar la realidad política, económica, social y cultural de la región, a través del método histórico-estructural y con especial énfasis en el período 1950-1970; lo cual evidencia lo que para entonces se convirtió en una eminente necesidad por sentar las bases de un pensamiento profundamente latinoamericano, capaz de analizar el desarrollo de la región ante el Sistema Capitalista Mundial de la posguerra

Siguiendo con lo señalado por Plinio Arruda De Sampaio, las soluciones propuestas para las problemáticas de América Latina, pueden presentar dos debilidades: su escasa investigación y la poca pertinencia con su contexto social; cuestiones que evidencian lo indispensable de las herramientas teóricas propias, necesarias para abordar el estudio de la formación económica y social de la región, así como las características de los Estados y Sociedades que la conforman, lo cual permitirá esbozar una teoría de desarrollo revolucionaria que ayude a elaborar propuestas que logren superar los padecimientos de las sociedades latinoamericanas, manifestados por sistemas económicos dependientes, estructuras sociales marcadas por profundas desigualdades y el profundo colonialismo cultural, logrando en consecuencia, organizar las economías y las sociedades nacionales en función de las necesidades de los pueblos.

¿La CEPAL del consenso de Washington?

Entre los años ochenta y noventa, la CEPAL, a través de lo que se calificó como el pensamiento “neoestructuralista”, consono con la época de mayor reversión colonial sufrida por la región, abandonó las siguientes premisas críticas del pensamiento originario del organismo:

  1. La afirmación de la soberanía nacional y la democratización de las estructuras sociales como condiciones para el desarrollo, aceptando en consecuencia la dependencia externa como una realidad incontrolable.

  2. El necesario enfrentamiento al imperialismo, al cual el “neoestructuralismo” cepalino transformó en socio estratégico para el desarrollo de los capitalismos nacionales.

  3. El pensamiento de lo que se denominó como la “nueva” CEPAL dejo a las sociedades latinoamericanas a merced de los mercados, aceptando la dependencia como condición para la inserción de la región en la economía internacional, persiguiendo además, los objetivos de la Competencia y la Equidad, como elementos imperativos, los cuales dejaron de lado cualquier análisis acerca de la problemática de la superabundancia de mano de obra y el subempleo estructural en la región.

CSEF UNASUR

En conclusión, en vista de los profundos e importantes cambios políticos y sociales vividos en la región durante la última década, aparece la siguiente interrogante, ¿Surgirá una nueva etapa en el pensamiento cepalino? O tal como ha ocurrido en los cambios de la arquitectura supranacional de la región, emergerá una nueva institucionalidad encargada de elaborar nuevas propuestas para el desarrollo económico y social de la región. ¿Surgirá el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas de UNASUR como la nueva CEPAL?

Actuario Jorge Dias

mayo de 2015

 

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